14 mar 2009

Delirios Nocturnos -entrega Nº 1-

Esta nueva noche, en mi habitación solitaria y desordenada, algunas de mis personalidades y yo, o capaz solamente ellas, estamos y están pensando sobre qué hablar. El cansancio levanta su mano diciendo presente, pero el sueño brilla Portu ausencia. Pero me pregunto, ¿el sueño, necesidad de dormir, o el sueño, soñar a futuro, alcanzar los sueños?
¿Quién no tuvo nunca esta riña en su mente? Ahora pregúntense ustedes. Cuando sienten falta de sueño y hace una hora que están acostados, ¿es porque el cuerpo no está cansado o porque sienten falta de motivación o incapacidad de alcanzar y realizar sus sueños, las cosas que se proponen para su vida? Esto lo dejo aquí, para hacer una reflexión; este tema no viene al caso. En realidad, nada de lo que hoy escriba viene al caso, porque no hay ningún “caso” que vayamos a tratar hoy. Esto es solo una simple especie de free writing, término que supongo ya ha sido acuñado anteriormente.
Volviendo a este “caso inexistente”, surge una nueva cuestión: si nuestra mente y nuestra vida nos juegan constantes trucos, o si somos nosotros los que pensamos sobre determinada cosa en determinada manera, y por esto, sucede justamente lo contrario a lo que en verdad queremos. Si bien comencé el párrafo diciendo de volver al caso inexistente. ¿Y dónde está lo inexistente? En su todo, en el conjunto de ideas, el ir y venir de preguntas y respuestas y de preguntas sin respuesta alguna, eso es lo que llamo el “caso inexistente”.
Un tema en su totalidad es la inexistencia misma, ¿y por qué? Porque cuando nuestra mente comienza a profundizar e intenta llegar más allá de todo, el río de opiniones, ideas y opciones aumenta su caudal, y las ideas mismas destruyen el significado de todo lo que la mente había adquirido.
Y remontándonos al segundo párrafo, en este texto no iba a haber “caso” alguno. Y en lo consecuente, comencé a tratar un tema, es decir, un caso, que ha sido el “caso” mismo. Analizando, no rompí la regla de que no iba a escribir sobre algún caso, porque cuando comencé a hacerlo, automáticamente las ideas convirtieron al “caso existente” en el “caso inexistente”. Por lo tanto, el caso inexistente que desarrollé, no ha estado presente.
“En realidad, nada de lo que hoy escriba viene al caso, porque no hay ningún “caso” que vayamos a tratar hoy.”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

andy muy bueno el blog segui asi!! un abrazo loco!!!

Marian Abú dijo...

Waw, sí que es un delirio.
Muy bueno Andy, pensás y escribis muy lindo.
Estoy algo así ultimamente, pero no me sale mucho escribirlo...
Besote =)