27 mar 2011

Alquimia


Son días y días los que uno ve como se destruye el mundo. Cada día, cada momento, algo nuevo, algo desesperante, algo inútil. Y así te ves, desmembrado y amorfo. ¿Y a dónde fue esa luz que te guiaba aquel tiempo? Ya no una luz amiga, si no un rayo ultravioleta.
Arde... ¡Cómo arde! Te quema, te destruye. Es un hecho, las cosas cambian. Las personas cambian, sí. Nada es constante todo se transforma; la Vida es una Alquimia.
Ya nada te viene bien, sólo hay efímeros destellos de felicidad. Pero... ¿Será todo así?
Todo es redundante, denso y cambiante. Todo se transforma, nada es eterno; la vida es una alquimia, es una locura, un secreto propio. La vida es una estrella que nunca se apagará, pero sus cambios y modificaciones siempre estarán presentes.
La vida está llena de elementos, alegría, tristeza, amor, odio, música y sonidos, creencias, aflicciones, familia, amigos. Tantas cosas que podría seguir nombrando.
En este largo y corto camino no tenés idea de a dónde carajo te van a llevar los pies. Hasta que Äwen, el espíritu fluído y unificador, no mueva sus fichas, uno no sabe cuales son las decisiones que debe tomar.
Creo que eso es lo más atrapante de todo esto, la curiosidad y la adrenalina que corren dentro. La vida está llena de distintos elementos, todos unificados por la curiosidad, la sabiduría; por la adrenalina, la razón.
En fin... la vida es una alquimia, tal vez, la más apasionante de todas.

Andrenaje, de regreso al lado oscuro de la Luna.